sábado, 29 de agosto de 2009

UN GRAN DESAFÍO PARA EL TALLER DE TEATRO

La casa de Bernarda Alba.
Drama de mujeres en los pueblos de España
Un gran desafío se han impuesto los profesores del Taller de teatro: que los alumnos interpreten nada más ni nada menos que a García Lorca, con su obra La Casa de Bernarda Alba: un Drama de mujeres de España. Pondré en este post un adelanto de lo qué es la obra sin develarla, porque la apreciaremos finalizando el año cuando la escenifiquen los alumnos.
UN POCO DE HISTORIA
No se estrenaría hasta 1945 en Buenos Aires; el mismo año y en el mismo lugar apareció la primera edición. La obra se titula "Drama de mujeres en los pueblos de España". ¿Por qué drama y no tragedia? Para Lorca la tragedia comportaba elementos míticos que aquí estarán ausentes. El realismo del lenguaje y ciertas expresiones que cabría llamar "cómicas" (en boca de Poncia, por ejemplo) serían también rasgos propios del drama. Sin embargo, por la esencial impresión de necesidad de la catástrofe, de lo inexorable de la frustración, hablaríamos de tragedia.
También es cierto que la obra tiene facetas del drama rural pero no es menos cierto que Lorca trasciende ese género preciso por muchos aspectos y se alza a un nivel incalculablemente superior. Los estudios de Lorca han encontrado acentos shakespearianos, calderonianos, ...
La génesis de la obra tuvo su punto de partida en figuras reales: una tal Frasquita Alba y sus hijas, cuya casa era colindante de la que tenían los Lorca en Valderrubio (Granada). Pero sólo el genio del poeta pudo crear, a partir de aquéllas, las figuras de Bernarda y sus hijas.
Casa real donde vivieron Francisquita Alba y sus hijas en Valderrubio (Granada)

viernes, 21 de agosto de 2009

CUENTO DEL FINDE


El imán Oscar Wilde

Había una vez un imán y en el vecindario vivían unas limaduras de acero. Un día, a dos limaduras se les ocurrió bruscamente visitar al imán y empezaron a hablar de lo agradable que sería esta visita. Otras limaduras cercanas sorprendieron la conversación y las embargó el mismo deseo. Se agregaron otras y al fin todas las limaduras empezaron a discutir el asunto y gradualmente el vago deseo se transformó en impulso. ¿Por qué no ir hoy?, dijeron algunas, pero otras opinaron que sería mejor esperar hasta el día siguiente. Mientras tanto, sin advertirlo, habían ido acercándose al imán, que estaba muy tranquilo, como si no se diera cuenta de nada. Así prosiguieron discutiendo, siempre acercándose al imán, y cuanto más hablaban, más fuerte era el impulso, hasta que las más impacientes declararon que irían ese mismo día, hicieran lo que hicieran las otras. Se oyó decir a algunas que su deber era visitar al imán y que hacía ya tiempo que le debían esa visita. Mientras hablaban, seguían inconscientemente acercándose.

Al fin prevalecieron las impacientes, y en un impulso irresistible la comunidad entera gritó:

-Inútil esperar. Iremos hoy. Iremos ahora. Iremos en el acto.

La masa unánime se precipitó y quedó pegada al imán por todos lados. El imán sonrió, porque las limaduras de acero estaban convencidas de que su visita era voluntaria.

FIN

sábado, 15 de agosto de 2009

LA POLÍTICA QUE ENSEÑA SAN MARTÍN




Ante un nuevo aniversario de la muerte del Libertador, conviene recordar un episodio de su gesta en Perú que la historia calla. Aquel que lo muestra como un hábil general que sabe negociar y acordar cuando es más útil que pelear.
San Martín desembarcó en Pisco y estaba con su ejército en las afueras de Lima planeando cómo tomar esa plaza defendida por un experimentado y bien armado ejército realista, comandado por jefes fogueados en las guerras napoleónicas. Fue entonces cuando sucedió algo que modificó la situación.

El 1° de enero de 1820 se produjo en España una revolución liberal contra el absolutismo que obligó a Fernando VII a aceptar una monarquía constitucional. Ello tuvo consecuencias en las guerras independistas en las colonias españolas en América. El virrey De la Serna escribió a San Martín proponiéndole una reunión "entre liberales" para llegar a un acuerdo entre "españoles americanos y españoles europeos", como si se tratase de una guerra civil y no de independencia. San Martín acepta y sus delegados y los del Rey se reúnen en dos oportunidades, fracasando ambas por la exigencia de nuestro Libertador de que ante todo debía reconocerse la independencia del Perú.

Fue para todos evidente que lo único que podía destrabar las negociaciones era un encuentro personal entre ambos jefes, lo que se produjo en Punchauca, en las afueras de Lima, el 2 de junio de 1821. San Martín volvió a alegar a favor de la inevitabilidad del reconocimiento de la independencia peruana, pero también, buen político, sabía que debía acompañar la exigencia con algo que la hiciera potable para el enemigo.

Entonces propuso lo que nuestra historia consagrada ha decidido acallar como si se tratase de un pecado capaz de enturbiar la memoria de nuestro Libertador: una vez aceptada y jurada la independencia peruana se convocaría a un príncipe de la casa real de Fernando VII, los Borbones, que regiría, como en España, acotado por una constitución.

Es indudable que lo del príncipe español para gobernar un Perú independizado llama la atención. Sin embargo:

1) Si los realistas lo aprobaban se cumplía con el objetivo principal que era sancionar la independencia del Perú, y con ella la de los países del sud de América.

2) La posición militar de San Martín era débil pues a la peste y a la desaparición de su leal Güemes se sumaba la falta de apoyos de su patria, donde gobernaba su enemigo Rivadavia.

3) Tampoco es de descartar que no fuera más que una maniobra dilatoria para que sus tropas se repusieran, como lo escribiría en carta a O'Higgins.

Nuevamente reiniciadas las hostilidades, la caída de Lima era inminente, sitiada por mar por el almirante Cochrane y por tierra por el ejército patriota. Sus oficiales reclamaron sin éxito a San Martín que atacara. Entonces sucedió lo que el Libertador había previsto: el virrey De La Serna y sus tropas abandonan Lima y se dirigen hacia la Sierra, perseguidos desganadamente por Necochea, quien cumplió órdenes de no forzar el combate.

San Martín, quien manifestó no desear "bullas ni fandangos", ingresó en Lima el 12 de julio de 1821 a caballo y sin escolta, protegido por las sombras de la noche a pesar de que se le había preparado un recibimiento apoteósico. El 28 de julio se proclamó la independencia peruana.

Pero no terminarían allí los sucesos de esta guerra singular: a fines de agosto el ejército realista, esta vez comandado por el mariscal Canterac, avanzó amenazadoramente hacia Lima. El Libertador dispuso sus fuerzas en las afueras y ambos ejércitos quedaron enfrentados en posición de combate. Sin embargo ninguno de los dos jefes daría la orden de ataque. Los oficiales patriotas, entre ellos Las Heras y Arenales, incitaron a San Martín a hacerlo y el almirante Cochrane lo acusaría de cobarde en carta a O'Higgins.

Entonces se produce lo inesperado: las tropas del rey giran hacia su derecha y se dirigen a ocupar la fortaleza del Callao desfilando ante las fuerzas patriotas, pero seis días más tarde Canterac y los suyos la abandonan y se retiran hacia la Sierra, dejando la impresión de que lo sucedido se había ajustado a algún pacto secreto acordado en Punchauca entre los jefes.

San Martín, como lo escribió a su amigo O'Higgins, estaba exultante con el éxito de su objetivo de tomar y sostener Lima sin derramamiento de sangre y sin arriesgar su situación con acciones de dudoso resultado. Demostró ser un hábil negociador, ejemplificando que si von Clausewitz afirmaba que "la guerra no es más que la continuación de la política por otros medios", nuestro Libertador había confirmado que un buen general es aquel que evita la guerra cuando el objetivo se logra a través de la negociación y el acuerdo, es decir, la política.
Por: Pacho O´Donnell
Fuente: HISTORIADOR

martes, 11 de agosto de 2009

TWITTER

Un video muy ilustrativo nos demuestra cómo funciona una red social

viernes, 7 de agosto de 2009

HISTORIA DEL DÍA DEL NIÑO

El Día del Niño -que históricamente se festejaba en la Argentina el primer domingo de agosto- se celebra desde 2003 en coincidencia con Chile, el segundo domingo, debido a que la Cámara del Juguete pidió el cambio atendiendo a una necesidad mercantil.

En la Argentina esto obedeció a que el primer domingo podía caer a comienzo de mes, cuando muchos padres no habían cobrado aun su sueldo, por lo que las ventas de juguetes disminuían.


Para la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Día Universal del Niño es el 20 de noviembre por dos poderosas razones: en esa fecha de 1959 se aprobó la Declaración de los Derechos de los infantes y en 1989, se sancionó la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.

La ONU recomendó que todos los países instituyeran el festejo para promover la fraternidad entre los niños y la realización de actividades tendientes a su bienestar, pero dejó a cada nación en libertad de elegir la fecha.

Por eso, la fiesta no es uniforme: por ejemplo, en Colombia, es el último sábado de abril y en México el último día de ese mes; en Paraguay, el 31 de mayo; en Venezuela, el tercer domingo de junio; en Uruguay, el 9 de agosto; en Chile y Argentina, el segundo domingo; en Perú, el tercero; y en Brasil el 8 de octubre.

¿Qué es un niño? Sin dudas, un ser refrescante, siempre ruidoso e insistente, que viene en diversas medidas, pesos y colores, con el cometido implícito de poner en suspenso la plácida vida adulta.

Se lo encuentra en todas partes, a los gritos, dando vueltas, encima, debajo, dentro, trepando, colgando, corriendo o saltando, con la cara y las rodillas siempre sucias, con piedras, caramelos, grillos, tapitas, un chupete o alguna gomera en el bolsillo.

Tiene la energía de Súperman, la imaginación de Verne y la curiosidad de Garfield; dispara y descoloca como un buscapié; es amo y carcelero; pero también un ser mágico, capaz de ubicar a sus padres en su exacto lugar en el mundo y de despertarles el niño interior que llevan dentro.

Eso sí: será lo que viva. Si lo critican, aprenderá a condenar; si su entorno es hostil, se volverá agresivo; si lo ridiculizan, será tímido; si vive con vergüenza, aprenderá a sentirse culpable; si lo aplauden, tendrá confianza en sí mismo.

Si lo elogian, apreciará al otro; si vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente; si le dan seguridad, tendrá fe; si lo aprueban, confiará; si tiene amigos, será sociable.

Si cuenta con la guía de un padre o sustituto, adquirirá conciencia de límites y obligaciones; si vive con su madre u otra persona que ejerza ese rol, sabrá lo que es amar y ser amado.

¿Cuándo empieza y termina la niñez? En la Argentina, por mandato constitucional, desde la concepción hasta los 18 años.

La ley 23.849, del 22 de octubre de 1990, aprobó con reservas la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño; y la reforma de 1994 la incorporó con esas salvedades a la Carta Magna.

Para la Convención, niño es "todo ser humano hasta los 18 años", pero para la Argentina es "desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad", lo que choca contra las posturas feministas y sanitaristas a favor del aborto.

La ley 23.849 también objetó los incisos b), c), d) y e) del artículo 21 de la Convención, referidos a la adopción en el extranjero: al respecto, Argentina manifestó que "no regirán en su jurisdicción" porque "para aplicarlos debe contarse previamente con un riguroso mecanismo de protección legal en materia de adopción internacional, a fin de impedir su tráfico y venta."

Respecto a la planificación familiar, se puso entre paréntesis el inciso f) del artículo 24: esas cuestiones "atañen a los padres de manera indelegable", se sostuvo, aunque "es obligación (del Estado) adoptar las medidas apropiadas para la orientación a los padres y la educación para la paternidad responsable."

En referencia al artículo 38 sobre la participación de menores en la guerra, la ley argentina declaró que habría deseado que "se hubiese prohibido terminantemente la utilización de niños en los conflictos armados, tal como estipula su derecho interno, el cual, en virtud del artículo 41, continuará aplicando en la materia".

Valga destacar que mientras la Convención Internacional permite que los niños participen en conflictos armados desde los 15 años, la Argentina lo prohibe hasta cumplidos los 18.

Fuente: Diario El Día de la ciudad de La Plata

sábado, 1 de agosto de 2009

¿Tenés un facebook???


La Molina sí lo tiene. Se creó en el verano y recién lo descubro!!!. El espacio está coordinado por la docente Verónica Cárcamo ex prof. de la escuela y administrado por dos ex alumnos: Fernanda Mena Cuadro y Ariel Villalba, promoción 94. Éste es un grupo abierto. Cualquiera puede unirse e invitar a otros. Es una bitácora de alumnos y egresados ( y por qué no docentes) que se reencuentran para recordar momentos felices en una escuela muy personal.