jueves, 29 de abril de 2010

lunes, 26 de abril de 2010

FICHAS DE LA VIDEOTECA

Presentación1                                                            

viernes, 23 de abril de 2010

POESÍAS CELESTIALES EN EL DÍA DEL IDIOMA

            El último ocaso
Aqui estoy, abriendote mi corazón
y enfrentando el rechazo
que me llevará hacia la muerte.
En el presente no puedo estar
un segundo más apartado de ti.
Porque tu falta
es la parca que me vendrá a buscar,
en esta cantina que jamás
he de abandonar.
Este es el único lugar
en el que por un segundo te he de olvidar.
Pero tu recuerdo me viene a la mente
y vuelvo a recordar
los momentos que pasamos juntos en nuestro hogar.
Ayer intenté ver el ocaso,
pero no siento lo mismo que sentía contigo,
este es mi castigo por no
haberte amado como tu lo merecías.
La distancia que hay entre nosotros
me hizo comprender cuanto me has querido.
Y yo que siempre te he amado,
ahora que te he perdido, entiendo
que nunca te lo he demostrado.
Y ahora estoy esperando
regresar a tus brazos,
y poder volver a ser felices,
porque el tiempo, para mi, ya no pasa
y sin ti moriré, lo he jurado!!
Porque te prometí que moriría a tu lado.
        
Autor: Josué Moyano, y Sebastián Sosa de 2º 2º E

domingo, 18 de abril de 2010

PROYECTO VIDEOTECA

Basado en una idea original de la Prof. María Mazzoni y quien escribe se está realizando el proyecto de la videoteca, junto con los Profesores Vidal y López. Ya tenemos 47 películas catalogadas e ingresadas al AGUAPEY (base de datos de la Biblioteca). La mayoría de las películas son de Historia ficcionadas, de Derechos humanos, Guerra de Malvinas, Documentales de la BBC, etc. Este material servirá para trabajar con los alumnos en charlas debate.
Acá algunas gráficas de las películas.

martes, 13 de abril de 2010

Museo Alcorta ♦ Festejos por los 150 años de la estación de Moreno


Moreno nació con el ferrocarril...
Yo voy en tren. Una sucesión de hechos y leyes acompañan la llegada del tren y la creación de una estación en el oeste.

Por el año 1853 un grupo de argentinos y extranjeros plantearon la necesidad de crear una línea ferroviaria.
Recién en 1857 se inaugura el tramo del Parque hasta Floresta. Luego se extendió hasta Ramos Mejía.
Ese mismo año, el Senado de la Nación aprobó que el “camino de fierro” debía prolongarse “desde San José de Flores a Morón y sus inmediaciones”. (1)
A los pocos meses de haberse promulgado esa ley comienza la discusión para llevar el tren hasta el histórico Puente de Márquez, hacia el este del río.
En 1958 –a instancias del legislador Dalmacio Vélez Sarsfield, amigo personal de Amancio Alcorta- se votó otra ley que autorizó la prolongación del Camino de Fierro del Oeste “desde San José de Flores, en dirección oeste, hasta el otro lado del río de las Conchas”, hoy río de la Reconquista . 
Fuente: El periódico de Moreno Digital de Alicia Vicchio 

sábado, 10 de abril de 2010

CUENTOS DEL FINDE

Victoria Ocampo: Promotora de la educación, la cultura y la mujer argentina.
Algunos pensamientos …

"Debía tener a lo sumo nueve años
cuando un día de verano,en ese lugar de
Villa Ocampo que mis tíos abuelos
llamaban "el corredor del río", pensaba,
casi en alta voz, aspirando el
perfume de los jazmines:
"El amor lo es todo.Todo,todo,todo.
Todo depende de él en este mundo y todo
viene de él, existe por él.
No hay que buscar nada más..."


"A mí me hubiera aliviado hablar en
tercera persona de mí misma
no sólo por las ventajas que ofrece (especialmente si uno habla de
sí mismo en esa tercera-primera-persona
que son tan a menudo las novelas y cuentos),sino porque me
siento, por momentos, tan lejos de cierto
mí misma como lo puedo estar
del pelo que me han cortado
y barren en la peluqueria, o de
la uña que me limo y vuela
al aire hecha polvo.
Yo no soy "aquello",lo perecedero
que formó parte de mí y ya nada tiene que ver
conmigo. Soy lo otro. Pero ¿Qué?."

"Sabía, por experiencia, que cuando
se quería mucho mucho a alguien (a mis padres,
mis hermanas, a Vitala, a madrina,
a L.G.F.) una soñaba con darle
cosas. Ignoraba que esto se
aplicaba infinitamente más a Dios.
Que a Dios no se le podia pedir nada.
Que a el se le daba.Y que ese dar
era el dar más incomprensiblemente
grande que de el recibiamos.
Que eso, en definitiva, era amor, que
menos que eso resultaba siempre
insuficiente y falaz."


Victoria Ocampo La ensayista y traductora Victoria Ocampo nació en Buenos Aires el 7 de abril de 1890, en el seno de una familia de la elite tradicional argentina. A los seis años, con su familia, realizó el primero de una serie interminable de viajes a Europa. Para liberarse de las rígidas reglas familiares, en 1912 se casó con Luis Bernardo de Estrada, pero al año siguiente conoció a Julián Martínez, con quien sostuvo una intensa relación sentimental. Sin embargo, para no romper con las convenciones sociales, continuó viviendo con su marido ocho años más. En 1924, la editorial Revista de Occidente, dirigida por Ortega y Gasset, publicó su primer ensayo, De Francesca a Beatrice, al que le siguió La laguna de los nenúfares (1926). Nuevamente en Europa y después de haber terminado su relación con Julián Martínez, conoció al Conde de Keyserling y a Drieu La Rochelle. En 1931 fundó la revista Sur y, dos años más tarde, la editorial del mismo nombre, en la cual publicó a autores argentinos y tradujo a importantes escritores extranjeros. En 1935, apareció el primer tomo de sus Testimonios (el décimo y último apareció en 1977). Al año siguiente, fue vicepresidenta del Congreso Internacional de los PEN Clubs. En los años cincuenta, delatada como opositora al peronismo, fue encarcelada en el Buen Pastor por veintiséis días. En 1956 presidió el Fondo Nacional de las Artes. Además de su constante trabajo como traductora, aparecieron sus libros Habla el algarrobo (1960), Tagore en las barrancas de San Isidro (1961), La bella y sus enamorados (1964), Diálogo con Borges y Diálogo con Mallea en 1969. En noviembre de 1970, en un artículo publicado en el diario La Nación, anunció el cierre de la revista Sur. Días después, la revista Confirmado le realizó esta breve entrevista, titulada “Victoria Ocampo. Fiesta y muerte ajenas”, que se publicó en la sección titulada “Opiniones”. La nota muestra a una impaciente y fastidiada Victoria Ocampo que, casi a su pesar, se somete al interrogatorio periodístico.

Recién en junio del año siguiente, después de diez meses, apareció el número 326/28 de Sur, dedicado a la mujer, en el cual se anunciaba como revista bianual. Sin embargo, se trataba del último número activo realizado en vida de Victoria, pues los demás números se dedicaron a reeditar antologías de trabajos ya publicados. En 1976 fue designada miembro de número de la Academia Argentina de Letras, cargo que por primera vez ocupó una mujer. Murió en San Isidro el 27 de enero de 1979. Durante ese año, comenzaron a publicarse los seis volúmenes de su Autobiografía, que había comenzado a escribir en 1952.


Fuente: Página 12 (17 de enero de 2006)

viernes, 2 de abril de 2010

MALVINAS NUESTRAS

Hoy se cumplen 28 años del desarrollo del Operativo Rosario, acción militar conjunta de las fuerzas armadas argentinas para el desembarco y recuperación de las Islas Malvinas, conmemorándose el Día del Veterano y Los Caidos en la Guerra de Malvinas

AQUI PODRAN Leer una  breve bibliografía relacionada con el tema,
Analizar el conflicto desde el punto de vista del Derecho Internacional,
Investigar sobre la guerra de 1982 a través de una cronología diaria, videos, sonidos, fotografías y artículos publicados durante el conflicto y también posteriormente al mismo,
Acceder a una completa lista de sitios relacionados con las Islas Malvinas .

jueves, 1 de abril de 2010

CUENTO DEL FINDE PARA ESTAS PASCUAS


La utilidad de los rumiantes
por Mamerto Menapace, publicado en La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.



Una vez, no hace tanto ni muy lejos, había un pueblito solitario y perdido entre las ciudades de los hombres. Era un pueblito chiquito y sin importancia. No tenía emisora ni diario, y por eso todo pensaban que esa gente del pueblito no tenía nada que decir. En ese pueblito de campo todos hablaban bajito porque se habían acostumbrado a escuchar. De vez en cuando, sí, cantaban, chiflaba o tarareaban; y tenían los ojos grandes, acostumbrados a mirar.

Era un pueblito con niños desnutridos, de barriguita abultada y bracitos de mamboretá.

Un grupo de científicos vino una vez a visitar el pueblito. Vinieron derrochando palabras y sonrisas, y hablaron en términos exactos e incomprensibles. Llenaron planillas con nombres y preguntas, tubitos de vidrio con muestras de sangre. La verdad es que la gente del pueblito se sintió humillada y guardó silencio. Los científicos los conceptuaron como gente apocada y taciturna. Diagnosticaron descalcificación y avitaminosis. Mientras que los niños del pueblo hasta ahora sólo se habían dado cuenta de que tenían hambre. Los científicos elevaron un informe al ministerio. Si llegó hasta aquella orilla, no sé: porque era de papel.

Pero el Señor Dios amaba a ese pueblito. Y quiso ayudarlo. Por eso un buen día el Señor Dios mandó a ese pueblito tres cabritos y una vaca. Cuatro animalitos de ojos mansos y un balido adentro. Nada traían para el pueblito; simplemente venían a quedarse. Una había nacido en una estancia, las demás en otras partes.

Al principio despertaron la curiosidad. Al pasar por las calles del pueblito la gente las miraba. Como no venían a traer ni a buscar nada, pronto fueron admitidas en la vida del pueblito. Las vieron mansas e indefensas y comenzaron a protegerlas; hasta comenzaron a hablarles porque las vieron calladas.

Para alimentarse les bastó con los yuyos y pastos que crecían en el lugar, y que ellas mismas salían a buscarse. Y la gente se alegró de verlas comer y alimentarse de lo mismo que había entre ellos. Y por eso, no sólo no las espantaron del lugar sino que hasta llegaron a construirles un corral. Un corral para sus noches; porque de día les gustaba verlas por las calles, entrar en sus patios, participar en su misma geografía familiar. Hasta se hicieron amigas de sus perros, que ya no las toreaban al verlas llegar. Y ustedes saben que en el campo, solamente a las visitas amigas los perros no les ladran.

Y fue así cómo, con el tiempo, el pueblito se dio cuenta del regalo que Dios les había hecho con ellas. En cada madrugada empezaron a contar con su vaso de leche para sus niños chicos, para sus ancianos enfermos, para sus madres que amamantaban.

Vaso de leche que no era una realidad traída de afuera. Pero que sin embargo hasta ahora nunca habían tenido. Eran sus propios pastos, su trébol familiar asumido y rumiado lento en sus horas de silencio y soledad, con sus ojazos vueltos hacia el cielo. Y los hombres del pueblito se dieron cuenta de la importancia de esos tiempos de rumia y de silencio que pasaban sus animalitos. Y como por instinto comenzaron a respetar esos momentos.

Cuando a eso de la oración, por las tardes, al caer el sol todos volvían del trabajo y las veían reunirse en su corral y quedarse quietas con los ojazos mirando el cielo, se dieron cuenta de la importancia de ese tiempo para ellos. Y respetaron su soledad y su silencio. De esa rumia del atardecer dependía que la leche fuera tan sabrosa en la madrugada. Eso no hubo necesidad de explicárselo a la gente del pueblito; se dieron cuenta solos, porque eran gente con los ojos acostumbrados a ver.

No sé si a ustedes les pasará lo mismo. Pero a mí a veces me da pena ver a tantos animales con capacidad de rumia, uncidos noche y día a los arados, con tiempo apenas para comer. Y me pregunto si no será esa la causa de que en nuestro pueblo se sufra de descalificación.